domingo, 16 de agosto de 2009

yo y mis niñerias...


Más de una vez he escuchado decir a mi madre y a mi marido que soy una niña, nunca lo había creído hasta hoy. A mis 27 años me dio varicela, aún no lo puedo creer, ¿por qué no me dio junto con mi hermana y mi hermano cuando tenía 10 o 12 años? se lo pregunte una doctora quién fue la que me diagnóstico, la respuesta fue que mis defensas eran buenas, por eso me salve en aquel entonces.

El jueves me empece a sentir un poco mal, dolor de cabeza y algunas ronchitas que pense que serían piquetes de mosco, algunas en la frente y cuello que fácil pasaban por barritos o espinillas, para en la noche ya tenía más ronchas en la espalda pero me sentí pérdida cuando me di cuenta de que tenía en mi boca, ahora no sé distinguir porque era mi malestar, porque estaba dandome cuenta de que me iba a enfermar en serio o porque a la noche siguiente se presentaría Alberto Cortes, presentación para la que ya tenía mi boleto, no barato por cierto.

Me siento niña porque aún no tengo la madurez para aceptar que a veces las cosas no se pueden hacer, pues sintiendome ya muy mal, fui al concierto, y sí lo disfrute pero pude haber puesto en riesgo a otras personas, pero fue mayor mi egoísmo y mis ganas de ver a este señor cantar.

Ahora ya no me siento mal, y doy gracias a Dios porque mi hijo no se ha enfermado, pues por lo menos quiero estar sana para cuidar de él cuando me necesite, a mi esposo porque afronto la semana él solito, gracias a todas mis amistades porque estuvieron al pendiente de mi.

De paso les cuento las lesiones de la boca logre curarlas pronto porque me lave con agua y bicarbonato de sodio, y la picazón en el cuerpo lo único que me la quitó fue la famosa maizena.

Algún día aceptaré que no es posible tener todo en la vida, y que se puede vivir dignamente con lo que se tiene sin llegar al conformismo.