¿Cuántos más insultos podía
soportar la morena? No cabía uno solo más en su alma, se iban tatuando en el órgano
más grande que tiene el cuerpo: en la piel. Le resultaba inconcebible como amando
tanto a ese hombre, él no hacía más que lastimarla. Cada día que duro la
cordura preparó café y se puso la mejor sonrisa para salir al mundo, pero el mundo
era otro y estaba cobrando venganza por la ausencia que había sido azotada por
esa mujer ahora sin alma.
En el nuevo contexto no había amistades,
existían los reproches y los “te lo dije” en cada pared, en cada esquina
recorrida. Eran baches que anegaban indiferencia y desprecio por la debilidad
que representaba la morena. Esa que un día había sido invencible y de la que
hoy no quedaba ceniza alguna. El cielo era triste en color gris, el aire frío y
la gente ya no habitaba lo que quedaba de la ciudad.
Desolado, elaborado en scrabble diffusion. Autora conchita feminista 2023. |
Una iglesia vacía, un cristo sangrante, un eco doloroso era todo lo que representaba la vida. Y en medio de todo un ruido sordo de vibraciones 432 hz que trataban de sanar el ambiente. Nada funcionaba. Salvo los semáforos que antes controlaban los millones de autómatas conduciendo al vórtice de su desaparición. Las sonrisas estruendosas de las niñas se agotaron, el agua dejo de brotar para lavar la losa de manera ruidosa. Las bocas no masticaron más en el asco de la impaciencia.
Apareció la vida zombie, el hambre
de cerebros. Hoy quedan desmembrados los cuerpos que ayer quedaron descorazonados
y hoy se quedan igual sin masa cefalea. Dicen que alguna vez conoció el amor,
pero hoy si le preguntarán al cuerpo de la morena, ya no responderá, no tiene
más reclamos, no tiene más reproches, se le acabo el espacio sideral y las
ganas de comer cereal en la cama. Se acabo la función, se apago el telón.
Despierta.